Esto es por el manejo de la erogación y dotación a los usuarios y por el impacto de las nevadas en la cordillera central.

Dos de los diques y embalses más importantes de nuestra provincia, El Carrizal, en la cuenca del río Tunuyán Inferior, y Potrerillos, en la cuenca del río Mendoza, se encuentran al máximo de su capacidad de almacenamiento.

Gracias al manejo de la erogación y dotación a los usuarios ambos fueron recuperando sus niveles históricos de agua. En el primero además influyó las nevadas en la cordillera frontal, que son aquellas que se derriten rápido cuando sale el sol después de un frente frío.

Cabe aclarar que las nevadas de alta montaña no van a tener influencia hasta noviembre o diciembre, que es cuando se produce el escurrimiento en los ríos, luego del período de fusión nival.

“El dique Carrizal está en un 96% de su capacidad de embalse. Y se ha llenado antes de lo estimado por Irrigación en base a los pronósticos de escurrimiento, gracias a las nevadas y lluvias que se han venido produciendo en la montaña y la precordillera”, aseguró el Subdelegado de Aguas del río Tunuyán Inferior, Juan Pablo Villarruel.

“Que ya tenga tanta agua permitió al organismo adelantar el inicio de la temporada de riego, que generalmente es en agosto, para el lunes 20 de julio”, sostuvo el ingeniero.

La corta anual de agua en la cuenca del río Tunuyán Inferior (durante la cual se suspende el riego para hacer obras, limpieza de cupos y todo lo necesario para la puesta a punto del sistema) comenzó el 26 de marzo y concluye, entonces, este lunes.

“Con el Carrizal casi lleno es posible pensar que habrá una mayor oferta general de agua para toda esta cuenca”, finalizó Villarruel.

En el caso del embalse Potrerillos,”está con un 91% de llenado y prácticamente estamos erogando la misma cantidad de agua que ingresa al embalse. Ese volumen de agua acumulado nos está asegurando una buena buena primavera, con agua para regar”, afirmó el Subdelegado del río Mendoza, Ricardo Nórdestrom.

“Seguramente seguiremos así. Pero, igualmente, vamos a comenzar la temporada fuerte de riego a mediados de agosto. Porque en nuestro caso no hubo una suspensión total en la distribución de agua este año (a diferencia de las otras cuencas), por tratarse de un año hidrológico muy pobre. Sí cambiamos la planificación de los turnos para poder ejecutar las obras previstas. Y hemos estado dotando con una mínima cantidad de agua a todo el sistema”, agregó.

La situación en los otros embalses

Agua del Toro, Los Reyunos – Río Diamante: estos dos embalses tienen realidades distintas a que Agua del Toro está al 36% de su capacidad `til y Los Reyunos, al 88%. “Para nosotros es lo mismo si el agua está en uno u otro porque mientras el agua esté se utiliza del mismo modo. Entonces entre los dos están a un 61% de la capacidad de los dos y esperamos que tampoco va a haber grandes problemas para iniciar el riego el mes que viene porque es un buen volumen de agua, hasta ahora serían unos 380 hectómetros.

Nihuil, Valle Grande – Río Atuel: es el más complicado, entre los dos tienen el 54% del volumen útil. Nihuil está al 35% y Valle Grande al 88. “Es preocupante porque este año llegó a los mínimos históricos y el río no está aportando y no tiene otro aportante como los arroyos de El Carrizal, por ejemplo. Se planificó que dentro de un mes iban a estar en un 60 – 65% pero está complicado que lleguen”, auguró Villodas.

Respecto de las nevadas en general estamos con una situación en toda la provincia de un año medio, “pero esto ya es mucho más que los años que veníamos teniendo. Hay mucha más nieve en el sur, tenemos un 30% más que en un año medio. Y entre las cuencas del Mendoza y Tunuyán estamos un 10% más que un año medio. Es una buena situación hasta ahora”, precisó.