El agua, además de proporcionar vida, también produce. Observamos la importancia de este recurso tan usado en ese sector.
En Argentina se celebra el 2 de julio el Día de la Agricultura Nacional. Según señala un documento del Ministerio de Agricultura, esta fecha conmemora la sanción, en 1948, de la Ley de Arrendamientos y Aparcerías Rurales que posibilitó que los pequeños arrendatarios accedieran a la propiedad de la tierra. La simbiosis única que se produce entre agricultura y agua es el motor de nuestro país y la provincia. En Mendoza, el Departamento General de Irrigación posee una relación intrínseca con el campo, ya que es el organismo encargado de administrar el recurso hídrico que nutre el sector.
La agricultura es la base de la seguridad alimentaria en el mundo. Según el Banco Mundial, la agricultura de regadío representa el 20 % del total de la superficie cultivada y aporta el 40 % de la producción total de alimentos en todo el mundo. Esta entidad, también nos alerta: las proyecciones indican que para 2050 la población del planeta superará los 10 000 millones de habitantes y, ya sea en zonas urbanas o rurales, dicha población deberá contar con alimentos y fibras para satisfacer sus necesidades básicas. Se estima que para 2050 la producción agrícola deberá aumentar aproximadamente un 70 %; por otra parte, como consecuencia del aumento de
los ingresos en gran parte del mundo en desarrollo, se incrementará el consumo de calorías y de alimentos más complejos. Pero en la agricultura se ocupa el 70 % del agua que se extrae en el mundo. Esto también ocurre a nivel nacional y provincial.
En Argentina, existen 37.411.993 ha productivas (último Censo 2018), de las cuales se destinan 38,5% a cultivo de oleaginosas, 30,4% a cereales, 21,2 a forrajeras y 10% otros cultivos y las provincias productoras son: Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe que concentran el 75,84% de la superficie destinada a la producción de oleaginosas y suman un 72,7% del área implantada que corresponde a cereales. Posteriormente, Mendoza, Tucumán y San Juan: las tres provincias, en orden decreciente, suman 58% de la superficie implantada de fruta. Salta, Córdoba y Santiago del Estero se destacan en el cultivo de legumbres, concentran el 77% de la producción de legumbres.
Por su parte, el agua como insumo esencial de la agricultura presentó una problemática preocupante en estos años en nuestro país. En los últimos cuatro meses del 2022, Argentina recibió solo el 44% de la precipitación media. Es el peor registro en 35 años, según el Servicio Meteorológico Nacional (SMN). La última temporada de sequía arrancó en 2020 y comienza a despedirse en este 2023. El consumo de agua en la agricultura argentina asciende al 70% del agua dulce. Por ejemplo, por cada tonelada de cereales se requiere un riego de entre 1000 y 3000 metros cúbicos.
El agua es un factor estratégico para el desarrollo agrícola. Es un recurso finito con una demanda creciente, por lo que debe ser utilizada con la máxima eficiencia posible. En Mendoza el uso de agua en la agricultura asciende al 83 % de la torta que se divide en otros 5 “usos”: poblacional, público, recreativo ambiental, petrolero e industrial.